lunes, 29 de septiembre de 2014

BARON ROJO SUR: La Hinchada de los Cantos

BARON ROJO SUR : LA HINCHADA DE LOS CANTOS

Muchos son los rumores que se escuchan en torno a la creación de la barra Barón Rojo Sur, y todos apuntan a una influencia mediática -venida del sur del continente- que motivó a algunos hinchas jóvenes a crear un espacio propio dentro del estadio.  Es necesario decir que este fenómeno no surgió por generación espontánea sino que es el resultado de un largo proceso que se inició en la década de los noventa con la conformación de dos o tres barras de corte tradicional animadoras incondicionales del equipo americano y que en su desarrollo dieron paso a lo que hoy se conoce como la barra del Barón Rojo Sur.
En el año 1991, durante el primer partido del cuadrangular final, vio la luz la barra Furia Roja.  La iniciativa de creación la tuvo un grupo de estudiantes de la Universidad Autónoma de Occidente quienes armados con enormes y vistosas banderas rodaron por el estadio hasta ubicarse en la tribuna Norte donde saltaron y cantaron un solo coro que era lo tradicional.
“En el segundo partido de ese cuadrangular nuevamente aparecieron estos personajes saltando y agitando las banderas, entonces aquellos que teníamos ese sueño de cantar y de saltar en el estadio caímos a Norte al siguiente partido.  Y es ahí donde de forma improvisada y desordenada la barra se agrupa... como una mancha que se mueve por la tribuna.  Esa vez, por la emoción, improvisamos dos o tres cantos con un vocabulario soez y jocoso.  Al finalizar el partido intercambiamos teléfonos” (Edgar Luther).
En el primer clásico del año 92 apareció la barra mejor organizada.  “Llevamos papel picado, llegamos al estadio uniformados, nos saludamos aún sin conocernos y nos ubicamos allá arriba, en el segundo piso de Norte. Esta vez preparamos algún coro y en el desarrollo del partido lo tiramos, cantamos de pie y todo el estadio nos vio con alegría y admiración. La verdad es que la barra creció medianamente y los coros que se imponían tenían cierto aire parroquiano”.  
La característica principal de la barra fueron las banderas.  Era requisito llevar una bandera grande, llamativa y diferente.  “Cada uno ondeaba su bandera.  Se montaban coreografías y al unísono la barra cantaba.  Se causó gran impacto en el resto de hinchas que asistían al estadio por el colorido, los cantos, la emotividad, por la diferencia”.
Cuando se inició el proceso de la barra como tal ya había gente que lideraba el grupo por su antigüedad, el número de integrantes de Furia creció, aunque sus componentes pertenecían principalmente a las capas medias. 
Los fundadores, “niños bien” estudiantes de universidad privada, empezaron un juego de poder con “los de barrio”: trabajadores, obreros de fábrica, estudiantes de institutos tecnológicos, un gran número de habitantes del barrio Petecuy y algunos estudiantes de la Universidad del Valle. 
“Aunque no faltaban las paradojas éramos un parche alimentado por la pasión, fuimos amigos, aprendimos a tolerarnos en la diferencia y esa es una de las cosas que más valoro”.
“En el año 1992, en el partido que América jugaba contra El Nacional, por la Copa Libertadores, la Furia estaba en su apogeo y el Estadio era una fiesta.  Nosotros saltábamos eufóricos y la gradería cimbraba.   De repente éramos el centro de la atención, las cámaras de TV nos enfocaban fijamente, probablemente hasta ahora nunca se había vivido el fútbol de esta manera en ningún estadio colombiano.  Sólo después, en mi casa, entendí que los periodistas esperaban grabar el momento de nuestra caída, puesto que la tribuna Norte estaba partida y se veía mecer sobre occidental, subía y bajaba.  Los periodistas estaban pendientes del momento en que cayéramos, pendientes de la chiva (...). Fuimos forzados a dejar norte y decidimos irnos para Oriental primer piso”. 
Allá el cambio fue drástico, además no todo el parche siguió a oriental, sobre todo los que fumaban bareta y los que no tenían para pagar.  Algunos siguieron en Norte y otros se fueron para Sur.  Ya sumábamos como 500 personas en el estadio, pero de la barra, barra sólo 300.  Se marcó definitivamente una diferencia con las otras barras, las tradicionales.  La característica Animosidad de la Furia, sus banderas, la gente saltando al ritmo de los cánticos y la juventud de sus integrantes crearon una brecha en la hinchada americana.
Paradójicamente, mientras la barra ganaba popularidad y el número de adeptos crecía tanto o más que sus finanzas, a la Furia Roja le sobrevino una crisis.
La gente se cansó de pagar por todo y no ver la plata invertida.  La gota que rebasó la copa fue una fiesta que organizaron para festejar el fin de año.  Todo fue un fiasco.  Nadie supo dar razón del billete.
Corría el año 1994 y una pequeña disidencia se fue para Occidental con el nombre de Estruendo Rojo, pero con la muerte de uno de los líderes de la Furia las cosas volvieron a la normalidad, la Furia se unificó nuevamente.  El equipo rojo vivía la era de Maturana, y la hinchada no estaba contenta.  Aún la Furia, que se caracterizaba por ser incondicional, la emprendió contra los jugadores y el técnico. Además el exceso de alcohol en la cancha menguó la forma de alentar de la barra.  Muy pocos continuaron en Oriental, otros volvimos a Sur y un combo de sardinos -3 o 4 rockeritos que nunca tuvieron voz ni voto- se fueron para Norte y pusieron el punto alto allá.
“Cuando llegamos a Norte, la Furia era ya un recuerdo.  La verdad es que yo nunca compartí la ideología con los líderes de esa barra.  Me tocaba ir porque era la única barra joven que había y porque algunos amigos míos también iban (...) Desde pequeño idealizaba algún día ver una barra distinta a todas, un parche único.  Yo pensaba en algo grande, pero como no tenía oídos atentos, mis ideas siempre sonaron absurdas.  El combo en Norte era pequeño pero fiel y nació de pura alegría, me tocó convencer a la gente para armar una disidencia” (Harold “El Muerto”).
Un día se encomendó a un man de la barra hacer un trapo para poner en Norte y por alguna inexplicable razón  le puso Torcida y todos empezaron a llamar así a la barra, aun cuando este nombre nunca fue tomado por la barra como tal.
La cosa fue en Norte segundo piso, con un grupo no muy grande.  Pero un asunto sí fue claro, como transición importante Torcida no cantaría coros de la Furia, pues en la mayoría se generó malestar contra la antigua barra.
La barra creció y aparecieron nuevas personas cada vez más jóvenes.  Se popularizaron las caras pintadas, volvieron las banderas, aparecieron los estampados del Ché, se empezaron a adaptar canciones de Fito Paez y de otros cantantes argentinos y el reconocimiento se hizo mayor.

Vinieron los partidos de la final de la Libertadores en el 96, la barra llenó la tribuna y alentó con fuerza a pesar del traspiés futbolístico.  El núcleo de la barra se conformaba por aproximadamente 200 personas, hinchas experimentados de anteriores procesos, agrupados de forma algo irregular pero  comprometidos con la pasión.
Localizados en norte durante la final del año 1997 y en plena algarabía por la celebración del título, la pancarta de la Torcida que se exhibía sobre la tribuna fue destruida misteriosamente.  Este hecho marcaría el último y definitivo desplazamiento de la barra por el Pascual.
“Mi idea siempre fue el nombre de Barón Rojo, porque me gustaba esa banda española de metal, escuchaba varias de sus canciones... “Hijos de Caín”, “Tierra de Vándalos”, “nos vamos para el infierno”, temas con los que me identificaba.  Y un día cogí un trapo que estaba en mi casa y pinté con letra gótica blanca: Barón Rojo, una pancarta de ocho metros de largo.  El primer trapo de la barra, que no era Sur todavía”.
El nombre también hacía referencia explícita a Manfred Von Richthofen, uno de los más bravos y aguerridos pilotos alemanes de la primera guerra mundial conocido como el Barón Rojo.  En aquel entonces se propuso trasladar el colectivo a la tribuna Sur, ya que estando allá se posibilitaría el crecimiento del grupo, además era la tribuna más popular y por tanto el espacio natural de la barra.  Desde entonces se adopta el nombre de Barón Rojo Sur.
El paso a la Sur no fue fácil, en el segundo piso de esa tribuna se ubicaba un grupo de hinchas veteranos conocido como el parche de “Páginas Amarillas” con el cual hubo constantes enfrentamientos, impidiendo  el crecimiento de la barra.



El grupo decide entonces ubicarse en el primer piso de la tribuna. En este período hubo altibajos. A veces el número de hinchas era nutrido, mientras que otras veces sólo los fundadores aparecían por el Pascual.  Los líderes de la barra decidieron entonces tomar cartas en el asunto, diseñando una estrategia que permitiese que la popular se colmara en cada fecha, llegó gente de todo tipo, algunos sólo por curiosidad, pero para muchos la barra se convirtió en  una forma de vida.
Fue una época dorada para el BRS; el equipo rendía y la barra rendía, se hicieron los primeros viajes, se publicó el primer “Volumen Brutal”,  se compusieron nuevos cantos, se diseñó un nuevo frente, se tomó nuevamente el segundo piso y existía un protagonismo mediático que señalaba al BRS como una de las barras más violentas en el ámbito suramericano....
Hoy por hoy, el Barón Rojo Sur alberga tantos simpatizantes que se hizo necesario dividir la barra por sectores, y existen alrededor de la ciudad los denominados Bloques con sus respectivos líderes.  También cuenta en su prontuario con página web, con publicaciones autogestionadas, con el récord de ser la primera barra en haber acompañado a un equipo colombiano fuera del país (Perú y Ecuador en el año 2000).
“El BRS se convirtió en una epidemia, pues la barra sobrepasó la ciudad y donde uno va encuentra gente de la barra, filiales regadas por todo el país, es un movimiento abierto a todos”.
En el año 2003 la barra mostró su madurez y su grandeza.  Siempre, en todos los estadios donde el América jugó hubo presencia de la barra.  Los viajes masivos por todo el país y el continente – Ecuador, Venezuela, Paraguay y tres partidos en Argentina-, las salidas más vistosas del país, el carnaval antes, durante y después de los partidos (por primera vez en Colombia un partido tuvo que ser detenido por un evento no violento en la cancha, contra el rival de patio), los mejores cantos originales y el aguante en constante crecimiento, permiten que hoy, sin lugar a dudas, el Barón Rojo Sur se posicione muy por encima de las demás y se haya convertido en una presencia imprescindible para la institución Americana.
Esta historia está lejos de llegar a su fin, hasta ahora los logros han sido enormes, pero el camino aún no termina, el Barón Rojo Sur está en permanente evolución y cada vez  se hace más necesario el compromiso de todos, porque ser Barón Rojo es más que un estilo de vida, es la vida misma.


Esta es la banda del BAROOOOON ROJO .. Estamos locos de la cabeza..

AMERICA DE CALI: El equipo del Diablo.

AMERICA DE CALI EL EQUIPO DEL DIABLO:

Una tarde de 1986, con el sol cayendo sobre el cielo de Juanchito, en las canchas de Águila Roja, Pepino Sangiovanni me extendió su mano izquierda sobre mi espalda y empezamos a caminar, mientras América terminaba de entrenar bajo las órdenes de Gabriel Ochoa Uribe.
Me dijo: “Umberto, llegó la hora de partir”. Avanzamos lentamente y me explicó sus razones. Cada palabra se encuentra en nuestras memorias. Su decisión demoró meses, siguió como presidente, pero Juan José Bellini asumió el encargo de la presidencia. Por eso en la crónica de la Revista del América en marzo de 1987 dice Bellini: “No sé por qué estoy aquí, no soy expresidente, ni siquiera presidente”. Sangiovanni le acota: “Encargado, encargado”.
En la época de su presidencia llegué al América como jefe de prensa y rápidamente entendí que eso no tenía sentido. Todas las noticias las entregaba Mario Alfonso Escobar, el doctor Mao. Fue cuando propuse la creación de la Revista del América, con el apoyo de Álvaro Bejarano. No sólo inventamos el auténtico vocero del club América sino la publicación que iba a cambiar el curso del periodismo deportivo en Colombia.
En diciembre de 1982 viajamos con América para ir el partido con Millonarios. Nadie creía que pudiéramos ser campeones anticipados. Pepino me dijo que no quería a ningún palco, que nos hiciéramos en occidental baja. Cuando Juan Caicedo soltó semejante zapatazo nos abrazamos y posteriormente sufrimos cada minuto. Cuando el árbitro pitó la finalización salimos a correr como muchachos enloquecidos hacia el camerino. ¡Qué festejo!
A mitad de 1986, don Pepino me entregó un texto inédito de un señor de Bogotá donde se sustentaba que América había nacido el 21 de diciembre de 1918, según testimonio de Pablo Manrique, quien entregó la foto de una Copa que ganó América en 1919.
Tomé todos los elementos y trabajé, con mucha colaboración de Edgar Mallarino. Mi sustentación y conclusión fue que ese América de 1918 no tenía ninguna relación con el verdadero de 1927, referido por el exarquero e historiador Marco Tulio Villalobos. Relato sustentado por Hernán Zamorano, primer presidente de América, quién dejó un casete grabado y murió el 20 de febrero de 1980.
La existencia de ese casete se revela en la histórica reunión de presidentes de la institución que convocamos el 19 de febrero de 1987. Alberto Anzola confirma que César Zamorano, hijo del primer presidente lo tiene en su poder y hará la gestión para que me lo entregue. Así sucedió y el testimonio se publicó en la Revista del América dedicada a los 60 años (número 53, marzo 16 de 1987, titulada “La auténtica y verdadera historia de los Diablos Rojos”.
Hoy en día si consulta Google se encuentra con un resumen de la historia del club lleno de errores donde no dan crédito a nadie. La historia se borra y se tergiversa. Sobre mi argumentación se organizan toda la gran celebración de los 60 años del América, con diferentes actos, el más emocionante fue el encuentro en la sede de Cascajal de por lo menos 200 jugadores de diferentes épocas.
Entre otras cosas, en la investigación que adelanté, con fotos de equipos iniciales, sustenté que no existía relación entre el primer Cali, el The Cali Football Club de 1912, que perdura hasta 1927, y los transicionales Cali A y Cali Gregg de los años 30 y que en definitiva el actual Deportivo Cali, que desapareció dos años, se remite ciertamente a 1948, en el surgimiento del profesionalismo. Por lo tanto, el Centenario que celebraron no es válido e inexplicablemente una gran parte de la prensa deportiva con su actitud cómplice y con una ausencia de investigación, avaló.
En esa tarde memorable del almuerzo con los expresidentes, Pepino Sangiovanni recordó una discusión, apenas siendo integrado de un Comité Económico, que se llevó acabo en el restaurante “El caracol rojo”, donde se discutía el cambio del nombre “América S.A.” por el de “Corporación Deportiva América".
Los dirigentes de tradición no se iban bien con Aníbal Aguirre Arias y sobre esto pusieron al día a Pepino Sangiovanni. En un momento dado, Aguirre Arias dijo: “Para qué seguimos molestando con América, porque ya está muerto”. Pepino sintió mucha rabia y no esperó que hablaran los presidentes de historia como Pedro Sellarés, Miguel Luna, Luis Gustavo Valdés o Manuel Correa Valencia, sino que se adelantó y le respondió fuerte: “Don Aníbal, el América está muerto, pero aún no está enterrado y nosotros lo vamos a resucitar”.
Esas son las palabras que pudiera decir Oreste Sangiovanni, su hijo, quien hoy, 3 de abril de 2013, recibe oficialmente la certificación de estar excluido después de 16 años de la llamada Lista Clinton, una oficina con una sigla OFAC(Office of Foreignen Assets Control) del Departamento del Tesoro, de los Estados Unidos.
Carlos Puente, gran abogado y bohemio, a quien por última vez en El Habanero, bailando con dificultad, decía al respecto: “Este es un listado (la Clinton) en que lo vuelven a uno un leproso financiero y jurídico, una especie de paria”.
Puente murió sin que las directivas de la institución le pagaran sus reconocimientos labores. Todavía no lo han hecho. Pedro Chang entró en la Lista Clinton el 21 de octubre de 1995 y salió de esa lista el 22 de diciembre de 2008, cuando ya estaba muerto. Chang, poeta y gran publicista, quien gestionó la grabación del tema América realizado por Jairo Varela y el grupo Niche, también creó la tribuna estudiantil, el álbum del América y el plan Juventud América 87. Chang murió adolorido por esta humillación mediática y Carlos Puente se vio obligado a recibir ayuda de amigos para resolver sus problemas de salud.
La lista clinton es una decisión unilateral de Estados Unidos, aceptada por el gobierno colombiano. Es más o menos parecido al bloqueo económico contra Cuba, que ha terminado la vida de la isla durante cincuenta años. Un amigo mío, excelente crítico de cine, nacido en La Habana, hace muchos años, alrededor de 15, en un amanecer de Cartagena durante el festival de cine, me contaba una anécdota que me hizo llorar:
“Una vez siendo adolescente me desperté, escuché ruidos en la cocina, y encontré a mi madre tomando agua con azúcar. Le pregunté: ¿Qué haces a esta hora? Nada, aquí pensando, me despertó el hambre y ya ves, sólo hay agua con azúcar”. El día antes de terminar el festival le dije a mi amigo: “Toma estos cien mil pesos y llévale café y algunas cosas a tu madre”.
Pero la grandeza del América, construida por presidentes como Pepino Sangiovanni, todos los anteriores los que hicieron sobrevivir a la conocida “Mechita” hasta Juan José Bellini, y los técnicos como Gabriel Ochoa Uribe, Adolfo Pedernera, Julio Tocker, Jaime de la Pava y Diego Umaña, ha sido maltratada por la mayoría de los dirigentes de los últimos tiempos, incluyendo ese fantasma creado desde la Alcaldía de Jorge Iván Ospina que creó el llamado Nuevo América S.A. para quedarse con la ficha de la institución.
La noche triste que descendimos contra Patriotas, en ese penal que desperdició Castillo y un grupo de jugadores que todavía no se sabe a ciencia cierta que armaron un sindicato para permitir esa afrenta, que me ha impedido regresar al estadio Pascual Guerrero. No hay explicaciones para que una persona de la Junta Directiva o toda ella, mantenga a Wilson Gutiérrez. Hay dos jugadores que permanecen que deben salir de la nómina.
Oreste Sangiovanni (presidente en 1992 y campeón en ese año con Maturana), quien encabezará los actos de la salida de la lista Clinton, en la cual fue incluido en de 1997( dicen que en febrero y otros sostienen que abril), debiera hablar con su padre para que recuerde la frase que he citado y muchas más cosas, porque no se trata de salir de la infamia, acompañados por quienes castigaron al América, el gobierno de Estados Unidos y el gobierno colombiano, que hicieran todo para que este equipo se acabara.
Pero América parece bendecido por el Diablo, no se muere. Salir es un paso, ahora faltan las grandes decisiones económicas y financieras. América tiene enemigos internos y externos. Además de todos los aparecidos que llegaran a partir de hoy, empezando por los políticos.
Por fortuna, el espíritu de Pepino Sangiovanni sigue ahí, y el equipo deportivamente está manejado por dos grandes hombres y futbolistas: Diego Umaña y Alex Escobar, el pibe de mi barrio. A ellos dos les sigo guardando el puesto en Zaperoco, que tanto les gusta, pero por ahora no pueden ir. Diego Umaña me lo dijo en un reportaje: “Mientras trabajo no voy a un sitio público, mi salsa la escucho en mi casa”.
Oreste Sangiovanni ya honró el nombre de su padre. Todo tiene su momento, como el que eligió Pepino Sangiovanni para llegar a la institución en un momento crítico, ser presidente, guiarnos hacia la primera victoria, la primera estrella de 1979 en un aquel 19 inolvidable, y como el que eligió para irse, como un hombre sabio, amigo de sus amigos.
Por que vos sos lo mas grande de Colombia. AMERICA DE CALI

Historia del Equipo.


La Sociedad Anónima Deportiva América S. A. es una Sociedad anónima de tipo deportivo más conocida como América de Cali ó simplemente América, encargada de la administración y la dirigencia del club de fútbol colombiano América de la ciudad de Cali, Colombia. El América es un club en la historia del Fútbol Profesional Colombiano considerado uno de los tres equipos grandes de Colombia, sin embargo, actualmente y desde 2012 juega en la Segunda División del Fútbol Profesional Colombiano.

La fecha exacta de su fundación genera controversia, pues se habla de un primer intento en 1918 y otro en 1921; Sin embargo, oficialmente es señalado el domingo 13 de febrero de 1927 como su fecha de fundación.

Con 13 títulos, es el tercer equipo con más campeonatos oficiales de la Liga Colombiana ganados. A nivel internacional adornan su palmarés cuatro subcampeonatos de la Copa Libertadores de América en los años 1985, 1986, 1987 y 1996, un título de la Copa Merconorte en el año de 1999 y un título de la extinta Copa Simón Bolívar en 1976, en total suma 15 títulos entre nacionales e internacionales oficiales, además de varios torneos amistosos.


Junto a Deportivo Cali disputa su derby y clásico más tradicional, el denominado Clásico Vallecaucano; También juega grandes clásicos históricos de mayor atractivo y convocatoria, frente a Atlético Nacional juega el Súper Clásico del Futbol Colombiano, también juega contra Millonarios FC un importante clásico nacional. América ocupa en la tabla Histórica del Fútbol Colombiano la cuarta posición.


El América de Cali es uno de los clubes de fútbol más tradicionales de Colombia. A la fecha y además de sus 13 campeonatos posee 6 subcampeonatos. En la Copa Libertadores ha sido el conjunto cafetero que más ha participado hasta la fecha lo ha hecho en 21 oportunidades, quedando segundo en 4 oportunidades. Igualmente, es el único cuadro colombiano que ha figurado como el segundo mejor equipo del mundo de acuerdo con la IFFHS esto ocurrió en 1996.


Pero, paradójicamente, en ese mismo año comenzó un largo y tortuoso camino para la escuadra escarlata. Un sendero denominado Lista Clinton Dicha lista, promulgada durante el gobierno del presidente Bill Clinton durante la década de los 90s para prevenir y combatir el lavado de activos hace una relación de personas y empresas que tienen vínculos con el narcotráfico y les impone un bloqueo comercial, conllevando también la posibilidad de ser incluidas en la lista o recibir multas y durísimas sanciones a todas las personas naturales así como empresas que estén reguladas por los organismos internacionales estadounidenses y tuvieren relaciones con los señalados en la lista.
Entre 1896 y 2013, el club fue incluido en la denominada Lista Clinton señalado por lavado de activos provenientes del desaparecido Cartel de Cali (comprobado en investigaciones realizadas por la DEA entre 1994 y 1996). Su inclusión en dicha lista desencadenó una crisis económica que se agudizó a mediados de la primera década del siglo XXI y que amenazó con la desaparición del equipo en los años posteriores.


Estar dentro de la lista le impidió a la "Corporación Deportiva América" tener cuentas bancarias, así como negociar contratos de patrocinio o publicitarios con empresas multinacionales y prácticamente todas las empresas nacionales sólidas y bien constituidas y así se vio imposibilitada para obtener un beneficio real y significativo en marketing y una financiación acorde a sus gastos y necesidades.
En marzo de 2012 y después de 3 años de gestiones fallidas encaminadas a la reestructuración para el posterior saneamiento, se creó la nueva organización América S.A. Además, se pasó de 2.500 aportantes a 211 accionistas. El miércoles 18 de abril de 2012 la nueva sociedad fue presentada oficialmente ante la Dimayor, quien ahora reconoce a la entidad propietaria de los derechos deportivos del equipo ya no como "Corporación Deportiva América" sino como "Sociedad Anónima Deportiva América S.A."


En el año 2011 tras 63 años en primera división perdió la categoría, descendiendo a la Primera B, en la cual juega desde la temporada 2012, luego de caer en la serie de promoción contra Patriotas en serie de penalties, siendo así hasta ahora el primer equipo grande de Colombia en descender a segunda división.


El punto de inflexión en su historia llegó a finales de la década de 1970, cuando conquistó su primer título oficial tras más de 50 años de ser constituido y luego de 31 años de la creación del fútbol colombiano. 


Su primer título oficial tardó en llegar pues aun siendo un animador ocasional del torneo la falta de solvencia económica lo marginó del protagonismo que merecía por su importancia 
histórica y arraigo popular, para la década de los 80 lograría el récord de 5 campeonatos consecutivos (1982, 1983, 1984, 1985 y 1986) y tres finales consecutivas de Copa Libertadores (1985, 1986 y 1987) saliendo siempre subcampeón consolidando ahora con títulos no solo su importancia histórica sino además su aparición en el panorama internacional.